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5.4.18

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Estar embarazada y parir en Barcelona





Autora: Dina, 42 años, marroquí.

Esta obra es el resultado de un ejercicio llamado “constelación”. Las mujeres representaron a ellas mismas en relación con las personas cercanas que tuvieron funciones diferentes durante su embarazo y parto. Dina elije un tapón pequeño para representarse a sí misma. En el centro del dibujo coloca al padre porque, explica, “es la persona más adulta de la familia y es simpático, no cerrado”. Son la madre y el marido que la cuidan durante su embarazo, mientas que la hermana y el marido la acompañan durante dos de los partos. En el tercero está sola. A la pregunta ¿por quién te sientes cuidada ahora en tu vida? contesta que por sus hijos. 



Autora: Manuela, española

En el primer collage representa el camino que está recorriendo ahora, en la Residencia Maternal, con una línea a zig zag (figura A en el lado izquierdo). A la derecha está el camino que la espera cuando salga, el camino de la duda”. “Es un camino mucho más recto y organizado, pero con posibilidades de ir tanto a la derecha como a la izquierda. Yo no sé por dónde ir”, comenta. La red rosa que envuelve la cartulina representa su cuerpo, el lugar donde todos estos procesos están teniendo lugar.
En la figura B, siguiendo la propuesta de la arteterapeuta, Manuela pinta la continuación del camino de la duda.



Autoras: se trata de una obra a cuatro manos, con la participación de Bintou, Nadia, Linda y Hasna.

Dos mujeres participan en la creación de cada una de las piezas. Las obras hablan del aislamiento y dificultad que las mujeres vivieron durante su embarazo y del contraste con la alegría y esperanza que surgieron a partir del parto.
El círculo de color verde comenzó siendo negro y poco a poco, mientras las mujeres compartían puntos de vista y experiencias sobre la maternidad, una de ellas fue transformando el color hasta darle una tonalidad más alegre. 


Autora: Hasna, marroquí

A la pregunta “¿quién es, o a quién representa esta figura?”, Hasna contesta No es nadie”. Finalmente comenta algo más: “La mujer piensa en su vida, en su futuro. Espera que su vida vaya bien.”



Autora: Bintou, gambiana. 

Es una mujer, es un busto. Fue lo que Bintou explicó de su obra. En el momento de la investigación estaba embarazada.



 Autora: Nadia, española.

 Mirando la obra, Nadia comenta: “Tengo miedo a lo que será y cuando ya la tenga, será felicidad”. “No me acompañó nadie a hacer el test”.
En el momento de la investigación Nadia estaba embarazada.



Autora: Saima, pakistaní.

La obra de Saima habla del proceso des de que sus bebes eran embriones hasta que nacieron. Habla de incertidumbre y felicidad.




Autora: Firdaus, marroquí

Llegué a Barcelona embarazada de seis meses, mi cuñada me acompañaba a todos lados, porque yo no hablaba castellano. En el hospital el trato fue fantástico: la enfermera hablaba francés, intentaba comunicar conmigo. El médico del parto me hablaba en inglés, era americano. El trato fue muy bien, me sentí querida y esto tapó todo el dolor que tenía.
En el segundo embarazo, ya podía hablar yo.



Autora: Layla, paquistaní

El título del dibujo es Flor/Dolor. Estuve 10 años después de casarme, sin tener hijos. Estar embarazada fue como una luz que se enciende. Durante el embarazo estuve muy bien de salud, mejor que en otras épocas de mi vida.
El arcoíris representa el viaje a España con mi niño en la barriga. Tenía esperanzas. No tenía idea del idioma, entonces fui a las últimas visitas con mi cuñado. Tenía una vergüenza de muerte por los temas que se tocaban! Pregunté a una doctora si podía hablar inglés. Me contestó Si quieres hablar inglés, ves a Inglaterra!” Enseñé a los médicos los papeles de Pakistán, que estaban escritos en inglés, pero no los quisieron ver. No tengo buenos recuerdos de esos días.
En el segundo embarazo sí que podía comunicar un poco con los médicos. Durante las horas antecedentes al parto, envié mi marido a casa para que se quedase con el otro niño. Yo puedo sola, le dije.



Autora: Roxana, boliviana.

El primer dibujo representa cómo la mujer vivió su embarazo, el segundo cómo vivió el parto y el tercero el acompañamiento recibido por familiares y profesionales.
Dibujo 1: A un mes del parto me sentía revuelta. Mi estado físico estaba revuelto, no sabía cómo iría el parto, no sabía cómo iba a ser la experiencia aquí, en este país.
Dibujo 2: El dibujo representa cuando ya llegó el día, cuanto entré a la sala de parto. Al principio estaba nerviosa, pero luego tranquila, con las comadronas. Esperaba mucho a mi niña, y estaba contenta que fuese una niña.
Dibujo 3: Aquí he representado el mar, la tranquilidad. La atención fue muy buena, todo perfecto, todo bien.



Autora: Leticia, 40 años, ecuatoriana.

El primer dibujo representa cómo la mujer vivió su embarazo, el segundo cómo vivió el parto y el tercero el acompañamiento recibido por familiares y profesionales.
Dibujo 1: Aquí es cuando me empezaron los dolores, tenía nausea, todo daba vueltas. Por eso en el dibujo he pintado espirales y burbujas.
Dibujo 2: El momento del parto fue como un rayo que atravesaba toda la parte interior de mí. Temblaba. El dolor era muy fuerte, me pusieron la epidural a última hora. Casi me desmayo.
Dibujo 3: Aquí estoy yo sufriendo en el paritorio. Sentí un poco de abandono por parte de los profesionales, me sentí desatendida. Me dijeron; “¿Qué, chica? ¿Ya has tenido otros, y esto no puedes aguantarlo?” No podía creer lo que escuchaba.



Autora: Marina

El título del dibujo es La vida”. Cuando me enteré de que estaba embarazada no me sorprendí o emocioné demasiado. Hasta que no voy a tener el niño en mis manos… no puedo dar por hecho que tengo el bebé.



Autora: Tamara, 32 años, argentina.

Tamara explica: “En el dibujo veo a mi marido y a mis hijos. El título es El viaje, el viaje de camino al hospital en coche [el día del parto], en el que yo y mi marido hablábamos de la nueva etapa que iba a comenzar en nuestra vida”



Autora: Camila

En esta obra Camila representa la imagen de su marido que de repente le apareció difuminada en un momento delicado de su parto. Por la delicadeza de la experiencia personal, la mujer no quiso dar más detalles de su obra.



Autora: Martha, boliviana.

Al trabajar con el barro conecté con el parto de los mellizos (…) Iba tocando e iba recordando. Conecté con una emoción de mucha rabia, y quería romper el barro. Mi parto fue programado, ellos [los profesionales] escogieron la fecha, no me dieron opciones (…)
Martha explica que el objeto cóncavo simboliza su barriga conteniendo a sus hijos. La parte exterior de la pieza representa una presa que frenaba las emociones desbordantes que sintió durante su parto.



Autora: Yasmine, 32 años, argelina.

El título de la obra es “My turning point” (Mi punto de inflexión). Desde este parto cambié mi manera de ver la vida, de ver a mi madre, la entendí más en sus aprensiones.
En la obra he representado los momentos desde que empiezan los dolores de parto hasta que nacen los niños. Y como gritaba! Cuatro horas gritando, como un animal. Muchos profesionales entraban y salían de la sala. Yo hablaba español, pero no pude hablar durante todo el parto, por el dolor, solo decía sí y no. Ellos pensaban que yo no entendía, entonces no hablaban conmigo. Lloraba y reía al mismo tiempo (…) En el primer parto gritaba mucho para que no me dejasen sola. En el segundo no tuve que gritar tanto, había una comadrona que me estuvo muy cerca, hasta el último minuto. Me acuerdo de ella.


Autora: Firdaus, marroquí

Cerré los ojos y trabajé. Cuando los abrí, pensé “Esta soy yo”. Puse las piernas abiertas. En la habitación había mucha gente. Yo estaba consciente de mí misma. Me decía, Soy yo la que va a parir. Las figuritas de los profesionales son pequeñas porque estaban allí pero era como si… estuviesen en segundo plano. Pero me apoyaban (…) Me gustó mucho cuando me pusieron el bebé en el pecho. He sentido el calor de los profesionales, su empatía.
En el segundo parto en cambio – era justo después de los ataques a las torres gemelas – yo he sentido la maldad de las enfermeras. Me han dejado gritar en una habitación, sola. Pedía epidural y no me la querían poner. “No puedes gritar, todo el mundo tiene dolor!“, me dijeron. Luego me pasaron a la sala de parto, y allí los médicos me trataron bien. La doctora se llamaba como yo, era española. Fue el único momento que lo pasé mal con los profesionales, desde que estoy aquí.
Firdaus sintió que la actitud de las enfermeras que la atendieron en el segundo parto, tenía relación con una reacción xenófoba hacia todas las personas de fe musulmana a raíz del ataque terrorista.



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